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Crecer y aprender a través de juego: 4 claves de la implementación de Cuidado para el Desarrollo Infantil en Latinoamérica y el Caribe

By ECDAN Team posted 07-30-2021 08:44

  

Tras años de adaptación e implementación del enfoque de Cuidado para el Desarrollo Infantil en la región es un buen momento para hacer balances y compartir los principales aprendizajes. 

 
Cuidado para el Desarrollo Infantil (CDI) es un modelo de intervención elaborado por OMS Global, OPS/OMS y UNICEF que busca fortalecer las capacidades de cuidadores y familias para promover el desarrollo integral de las niñas y los niños pequeños a través de recomendaciones basadas en la mejor evidencia disponible sobre el desarrollo infantil. Los y las profesionales que se forman en CDI, aprenden a acompañar a las familias brindando actividades de juego y de comunicación, que además de estimular el aprendizaje en los niños y niñas, promueven el cuidado cariñoso y sensible.

Uno de los principios en que se basa CDI, es que, a través del juego y la comunicación sensible y receptiva con sus seres significativos, tanto los niños y niñas pequeños como sus cuidadores principales obtienen conocimientos y competencias esenciales. Por esta razón, resulta fundamental apoyar a padres, madres y cuidadores para que favorezcan el juego, las interacciones lúdicas y la exploración en los contextos cotidianos del hogar y la comunidad.

La implementación de CDI en Latinoamérica y el Caribe (LAC) se inició en el 2012 con el proceso de adaptación del enfoque para que respondiera a los desafíos presentes en la región: la necesidad de coordinar la oferta multisectorial de servicios de atención integral a la primera infancia, incorporar un enfoque de género en la crianza, responder a las necesidades de niños y niñas con rezagos en el desarrollo o discapacidades y prevenir la violencia hacia los niños y niñas en sus hogares.

Producto de este trabajo, el paquete de recursos de CDI para LAC incluyó recomendaciones y herramientas para: i) ampliar su uso en diversos servicios y entornos, más allá del sector salud; ii) explicitar la participación de los padres y otros miembros de la familia; iii) prevenir la violencia, iv) apoyar a las madres y padres de niños y niñas con retrasos en el desarrollo y discapacidades a través de actividades basadas en el juego y comunicación y v) promover el uso de materiales e implementos cotidianos en los hogares como elementos de exploración y juego.  

La adaptabilidad del enfoque ha permitido que CDI se implemente en 11 países de la región[1] con estrategias diversas y contextualizadas a los desafíos de cada país, incluyendo situaciones de emergencias y crisis humanitarias. El enfoque ha sido adoptado por profesionales del sector salud, nutrición, educación, cuidado infantil, protección infantil y de servicios sociales orientados a las familias. Todo este proceso, y la riqueza de experiencias existentes, iluminan el camino para seguir fortaleciendo y expandiendo CDI en la región. 

Como una forma de recoger estos aprendizajes y ponerlos a disposición de los distintos actores que inciden en las políticas, servicios y programas destinados a la primera infancia, UNICEF, con el apoyo de La Fundación LEGO, elaboró estudios de caso en cinco países de la región: Belice, República Dominicana, El Salvador, Paraguay y Perú, a partir de los cuales se comparten aquí los principales aprendizajes:
 
1. CDI ha permitido incorporar un enfoque holístico en la atención a la primera infancia, favoreciendo el trabajo intersectorial y enriqueciendo los servicios donde se ha implementado: Las instancias de capacitación en CDI generaron espacios de encuentro entre los distintos sectores y propiciaron un marco común basado en la promoción del juego, la comunicación y el apoyo parental, lo que a su vez facilitó los compromisos y coordinaciones necesarias para trabajar articuladamente en beneficio de la primera infancia. Esto, además, permitió enriquecer las atenciones cotidianas que cada uno de los servicios realizaba.

En El Salvador, por mencionar un ejemplo, fueron capacitados en el enfoque funcionarios del sector salud, educación, protección, así como académicos, ONGs, y promotores comunitarios. Las capacitaciones se adaptaron a las necesidades de cada sector y servicio lo que facilitó un compromiso multisectorial y favoreció la articulación entre diversos programas y servicios.

“Hemos pasado de que cada uno de los sectores hace su parte, a una idea en la que todo el mundo ve la atención integral a la primera infancia de manera unificada y se está trabajando un poco más en ese tema de la articulación. Ahora vamos a trabajar con estándares de desarrollo. Ahora salud y educación estamos hablando un poco el mismo idioma en este tema del desarrollo infantil” (Funcionaria del Ministerio de Educación. El Salvador).
 
2. CDI ha entregado a las familias, como protagonistas, herramientas concretas para un cuidado cariñoso y sensible, posicionando el juego como actividad esencial para el desarrollo infantil. CDI ha destacado la importancia del juego como una actividad esencial para promover el desarrollo infantil y para el fortalecimiento de vínculos afectivos sólidos entre el cuidador y los niños y niñas. Un ejemplo concreto de este esfuerzo fue la campaña Juguetes para toda la vida que se implementó en Paraguay, la cual promovió interacciones entre padres y niños basadas en el juego y en el uso de juguetes elaborados con materiales disponibles en los hogares. Así mismo CDI ha fortalecido el rol protagónico de las familias reforzando que sean ellos quienes interactúan con sus hijo e hijas, sin que el profesional intervenga directamente con el bebé o con el niño o niña.

Para mí [CDI] es una herramienta muy poderosa porque uno es un simple facilitador en el proceso que se da entre el bebé y su familia. ¿En qué sentido? En la formación del vínculo, en la calidad de la comunicación (…) uno promueve que la misma familia se vaya con esas herramientas y que pueda seguir el trabajo normalmente en su casa, uno promueve que sea la familia la que se encargue de la relación” (Profesional de salud del Programa Mamá Canguro. República Dominicana.
 
© UNICEF/UN0477676/Serra
3. CDI ha incrementado la motivación de los profesionales y ha transformado la forma en que el personal se relacionan con las familias. Los profesionales establecieron formas de relacionarse con las familias basadas en el acompañamiento sensible, respetuoso y amoroso. Las recomendaciones brindadas enfatizaban los logros, fortalezas y habilidades de los cuidadores para interactuar de manera lúdica y responsiva con los niños y niñas. Esto, a su vez, ha inspirado y motivado al personal quienes pueden observar directamente los cambios en las familias, como, por ejemplo, la generación de un vínculo amoroso entre cuidador y bebé a través del contacto visual, y la incorporando el juego en las interacciones, generando disfrute en los niños, los padres y en ellos mismos.
“[Uno de los] componentes del enfoque CDI es el de atención receptiva o atención perceptiva que para nosotros fue como el descubrir… al darnos cuenta de que ahí estaba lo que buscábamos, lo que sentíamos que nos faltaba [...] poder sensibilizar, capacitar a la mamá, al papá, a la abuela, al cuidador principal, capacitarlo para desarrollar unas habilidades, sensibilidad y capacidades de atención interpretación de lo que el bebé quiere comunicar, transmitir sobre sus necesidades e intereses”. (Personal directivo de la Pastoral Materno Infantil. República Dominicana)

© UNICEF Perú/2019/Hildebrant
 
4. CDI contribuye en contextos de emergencias o crisis humanitarias brindando oportunidades de aprendizaje a través del juego en situaciones de crisis. Una de las razones del fuerte impulso que tuvo CDI en la región, fue su rol crucial como parte de la respuesta a la emergencia sanitaria causada por el virus del Zika, que estuvo asociado al aumento de nacimientos de niños y niñas con discapacidad. La integración del enfoque de CDI en los servicios de salud, desarrollo infantil temprano y/o atención a la discapacidad permitió fortalecer las capacidades de los profesionales de servicio, y a su vez de las familias y cuidadores para proveer entornos cariñosos y protectores. CDI también fortaleció la respuesta de otras emergencias, como, por ejemplo, en el caso de Belice donde, en un contexto de emergencia por huracanes, se implementaron espacios temporales de aprendizaje y cuidado donde se apoyó a los niños y niñas de 0 a 3 años a través del juego.
En el contexto actual producto de COVID-19, uno de los principales desafíos ha consistido en dar continuidad a los procesos de formación en CDI, y seguir apoyando a las familias y niños con oportunidades de aprendizaje basadas en el juego y la comunicación. Hay países que han adaptado los procesos de formación a modalidades virtuales y/o enriquecido las atenciones con acompañamiento telefónico, online, y a través de medios masivos de comunicación como la radio y la televisión como parte de las medidas que permiten llegar con recomendaciones de juego y comunicación a las familias.

© UNICEF/UN0477713/Serra
 
Para dar respuesta a algunos de estos desafíos, UNICEF LACRO recientemente puso a disposición un curso online que introduce el enfoque de CDI y que está disponible para profesionales que trabajan con familias en áreas relacionadas con salud, nutrición, educación, protección, género, agua y saneamiento, protección social monitoreo y evaluación, entre otras. Este curso online, formará parte de una estrategia de capacitación mixta que también incluirá sesiones presenciales prácticas para poder certificar adecuadamente al personal interesado. Adicionalmente, UNICEF, con el valioso aporte de La Fundación LEGO, continúa apoyando la difusión y ampliación de CDI en la región, contribuyendo a la supervivencia, desarrollo y calidad de vida de los niños y niñas.

 

[1] Belice, Bolivia, Brasil, República Dominicana, diversos países del Caribe, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay y Perú.


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